Reporte.- Desde el inicio de la crisis se han registrado más de 1200 personas heridas en el contexto de protestas y 580 policías lesionados, según cifras del Ministerio de Salud. Además de impactos de bala, tras un análisis de imágenes, Amnistía Internacional ha identificado numerosas lesiones por impacto de perdigones. Esta munición imprecisa, que suelta varios proyectiles con cada disparo, no es apta en absoluto para el control de manifestaciones.
En un caso, una bala perforó el brazo de un joven mientras prestaba primeros auxilios el 15 de diciembre en Ayacucho. El joven dijo que le dispararon unos soldados que apuntaban directamente contra él y de manifestantes en la zona. Más de 60 personas resultaron heridas ese día en Ayacucho.
En Lima, la evidencia recolectada indica que el fuerte uso de material potencialmente letal, como perdigones, así como de gas lacrimógeno que también puede causar la muerte cuando su uso es indebido o cuando se dispara con un lanzador directamente al cuerpo causaron la muerte de una persona tras recibir el impacto de una lata de gas en la cabeza y decenas de heridos.
n Juliaca, al fotoperiodista Aldair Mejía le impactaron perdigones en la pierna derecha, provocando una lesión grave mientras reportaba las manifestaciones y la violenta represión emprendida por la Policía Nacional el 7 de enero.
Investigaciones lentas y sin recursos suficientes
Amnistía Internacional recabó información oficial y de víctimas que indica que, a pesar de que la Fiscalía había realizado algunas actuaciones importantes, a casi dos meses de los hechos todavía no se habían desarrollado diligencias claves para las investigaciones, como la realización de ciertos peritajes o la recolección de testimonios. En algunos casos no se habría preservado la cadena de custodia de cierta evidencia, lo que socavaría la posibilidad de que las investigaciones resulten auténticamente imparciales y exhaustivas.
La organización identificó casos donde las diligencias iniciales de investigación no reflejarían fielmente los hechos, como el caso de Beckham Romario Quispe Rojas, futbolista y entrenador de 18 años e hijo de un campesino quechuahablante, quien murió durante una protesta en Huancabamba, Andahuaylas, en una pista de aterrizaje en desuso. La necropsia no dio cuenta del tipo de proyectil que le causó la muerte y fue entregada un mes después de los hechos.
“La Fiscalía de la Nación debe disponer urgentemente de recursos y tiempo para la investigación de las violaciones graves de derechos humanos y posibles crímenes de derecho internacional. Demorar y descuidar esta labor crítica, contribuye a crear un clima de impunidad que sólo fomenta tales actos,” dijo Marina Navarro, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Perú.
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